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domingo, 28 de diciembre de 2014

Hubo un puerto de membrillo - David Sorbille

                                                   
                                                   A “de rayo en fiesta”
                                                   de Alicia Pastore (2013)


Hubo un puerto de membrillo,
un recuerdo de caricias, una rosa temblorosa
en la infancia sedienta de certeza.
Hubo piedad y silencio, un espejo deformado,
la muerte blanca, el olvido fatal,
la tierra y su vientre, la mugre de la guerra,
el deseo en la vigilia imaginaria del tiempo,
el amor y el destino que acechaba,
el viento de las rebeliones atravesadas por la locura
de una era inquisorial,
y la palabra que resiste, no entrega fácilmente
su jadeo en el torrente que viaja en el duelo,
en la danza del fuego, en el desafío que viaja,
en la niña que se mece en el columpio de la vida,
en el misterio de la verdad sin cielo
como rayo en fiesta de una poesía que se hace piel,
alumbra el momento,

créeme: que esto es  así!

viernes, 17 de octubre de 2014

Tu canto piel ahora, de David Sorbille

A “Doctora Jekyll y Señora Hyde”
de Nilda Barba (2009)

Tu canto piel ahora
memoria de color intenso
tejedora en la niebla de pensamientos desnudos
danza de niños descalzos en el ocaso del día
en la casa lejana del árbol de la vida
en las arenas del regreso
en los breves momentos de los seres vivos
el sabor a estrellas
y las marcas de tiza
en el pizarrón del otoño
el remanso de una niña que sueña
con los ojos virtuosos de poeta
mujer al fin
al borde de la tarde



(de "Un puente de voces", Enigma Editores, 2014)

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Ella escribe con sus manos de alondras, de David Sorbille

 A “A cuerpo abierto”,
de Graciela Licciardi (2006)

Ella escribe con sus manos de alondras
porque tiene la ilusión de los que ayudan
a emerger de los golpes secos de la vida
los que no disimulan el dolor de reconocer
el lado oscuro que nos cruza de angustia
pero también demuestra que se puede
regresar del territorio de la nada
para arropar a los pobres y gritar con los que sufren
denunciar la hipocresía de los que se miran el ombligo
porque a veces escribir salva
cuando se busca el significado de uno mismo
en tanto palabra que viaja en el tiempo
como una cadena atada a los recuerdos
inolvidables como la madera en la nieve


 (de "El Fusil de Trigo", Enigma Editores, 2012)






martes, 19 de agosto de 2014

El libro se abre y proyecta, de David Sorbille

A “Resplandor final”
de Liliana Díaz Mindurry (2011)

El libro se abre y proyecta un resplandor en el espejo
y en otros espejos como cuadros que se multiplican por diez
o en miles de cuadros y espejos que se proyectan en poemas
como en deseos furtivos en donde todo es real
pero también precario como una silueta en el viento

Quiero decir que todo parece estar cerca pero se intuye
que hay algo más en el otro lado de las cosas que suceden
o se precipitan como la memoria en las calles
donde las palabras se caen o se incendian y resucitan
convertidas en estrellas fugaces
como el último calor de los cuerpos antes de la muerte

Quiero decir que los pensamientos refugiados en las cavernas
donde el silencio se burla de este mundo que parece inventado
por el ladrido de cualquier hombre en un país de sombras
y carceleros donde todo parece que no sucede
es como una mala copia del infierno
o de un paraíso oscuro y simulado

Quiero decir que a pesar del cruel estigma donde los recuerdos
fueron borrados por la tiranía del miedo y la tortura
subsiste la ilusión final de una puerta que se abre a la vida
como a los miles de espejos y resplandores que se proyectan
en poemas donde se refleja tu pasión y la mía


(de "Un puente de voces", Enigma Editores, 2012)

viernes, 18 de julio de 2014

En voz pausada y firme, de David Sorbille

A “En voz desmayada y baja”
de Ernesto Goldar (2009)


En voz pausada y firme
como cuidando pensamientos
en un paisaje insobornable
ante la borrasca de lo etéreo
defendiendo ideales nacionales
con la metafísica del barrio
siendo la voluntad del poeta
que escribe en la memoria de la noche
con ese ejercicio misterioso de palabras
que deslumbran laberintos cotidianos
como la brisa de un río que acaricia
el destino de los amantes de la vida
en versos que se enhebran como pétalos
maduros de inventario


(de "Un puente de voces", Enigma Ed. 2012)

lunes, 9 de junio de 2014

A Federico García Lorca, de David Antonio Sorbille


En estos tiempos de la tierra  mía
tengo señales de antiguos despojos
y recuerdos que anudan imágenes
como piedras sobre piedras y lunas
campos encendidos en la inmensidad de la tarde
aromas de claveles y dispersos olivares
calles solitarias y amores irremediables
plazas desiertas y campanarios de sueños
gente y más gente abriendo paso
entre fusiles y banderas fugitivas
codo a codo en las trincheras perdidas
almas en pena que aturden a Granada
cuerpos que reemplazan a otros cuerpos
baladas que alumbran horizontes
convertidos en estrellas de madrugada
sangre de poeta sin fronteras
muerte que tu muerte me  desgarra
en estos tiempos de la tierra mía
arrodillados y en silencio
ante el mundo de ritmos y palabras
como una fuente de dolor que evoca
el eterno verso cuando tu nombre suena


(de "Las Huellas del Silencio", Ed. 3+1, 1999)

viernes, 9 de mayo de 2014

Armando Tejada Gómez, de David Antonio Sorbille


A Gloriana Tejada



Es cierto que nunca te fuiste
sólo tomaste de prestado
el último peldaño que lleva al cielo
y ahora caminas de nuevo entre nosotros
alterando el orden de lo injusto
silbando la canción del alma libre
haciendo que la pausa de nuestra furia cotidiana
se transforme en ternura
y entonces atrevernos a rescatar la flor
que tu poesía nos legó
porque si un verso dice lo que somos
se debe a que la semilla tuvo el destino final
de los que como tú abrieron las puertas de la vida
y llevan un niño en la mirada

(de "El Fusil de Trigo", Enigma Editores, 2013)

domingo, 13 de abril de 2014

Yo conozco a un tal Estrella - David Sorbille

A “Menú Ejecutivo”
de Jorge Estrella (2009)

¿Pero será el que se proclamó Hijo de Zeus
y admirador de la obra de Pericles y sus planes quinquenales
o ese otro conocedor del libro que Sócrates
no se atrevió a publicar
o el que acompañó al Dante en su viaje del infierno al paraíso
con escala en el purgatorio
o el que festejó con Whitman la esperanza del nuevo mundo
o el audaz vocero de los futuristas seguidores de Maiacovski?

¿Será posible que sea el mismo?

Yo conozco a un tal Estrella que escribe versos
con la barba de Tolstoi / la ironía de Girondo
el duende de Tuñón / la erudición de Joyce
el desenfado de Olivari
la nostalgia y la alegría de un ser austero
que cultiva lealtades en las reuniones
de poetas y amigos
y tiende sus manos con una sonrisa legendaria



(Un puente de voces, Enigma Editores, 2012)