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martes, 10 de junio de 2014

Li Ch’ing Chao

El viento otoñal arrastra nubes blancas
 por el cielo. La hierba se vuelve
 marrón. Caen las hojas. Gansos salvajes
 vuelven hacia el Sur. Las últimas
 flores, orquídeas y crisantemos, relucen
 y exhalan su amargo perfume.
 Sueño con aquel hermoso rostro que nunca
 podré olvidar. Voy a dar un paseo por
 el río. La barcaza surca la corriente
 y corta las olas coronadas con
 crestas de plata. Suenan flautas y tambores
 y cantan los remeros. Me siento
 feliz un instante y después me embarga
 la antigua pena. Fui joven poco
 tiempo y ahora ya estoy envejeciendo.
 
 Ya ha amainado la suave brisa.
 El polvo perfumado se
 ha posado. Es el final de la época
 de las flores. Cae la tarde
 y la pereza no ha dejado peinarme
 en todo el día. Ahí están
 los artículos de tocador, pero mi
 esposo se ha ido para no
 volver. Cualquier esfuerzo sería
 en vano, cuando intento
 cantar, las lágrimas me ahogan.
 He soñado que mi barca
 de flores me llevaba hasta él, pero sé
 que un navío tan frágil no
 podrá cargar con tal peso de pena.


Li Ch’ing Chao (1084–1142), poema escrito a la muerte de su esposo:
Traducción de Carlos Manzano sobre la versión al inglés de Kenneth Rexroth, en:
El amor y el tiempo y su mudanza, Gadir, Traducción de Carlos Manzano, Madrid, 2006.


http://www.poesiadigital.es/index.php?cmd=critica&id=37

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