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martes, 10 de junio de 2014

a un Dios vencido - Alejandro Drewes

Sorprendido en mitad de la vida
qué innúmera fuerza, qué sino
condujo una vez hasta aquí,
qué oscuro ajedrez torna opaco

lo amado en su día y perdido
y en plena noche huye
con qué veloces caballos huye.

Ya nada más queda
sino esta misma sombra
fiel, la del fruto pasado
que proyecta la flor
de su instante sobre la tierra.
Ebrio te lleven las aguas
allí donde nunca tus pies
soñaron llegar: Thalassa.

Y en tributo este canto
a un lejano dios  ya vencido.


1 comentario:

  1. Pido por favor se elimine este poema de mi autoría del blog, cuya publicación no autorizo. Alejandro Drewes

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