martes, 16 de septiembre de 2014

en el reino del dios de vidrio - Susana Cattaneo

En el reino del dios de vidrio
un coro encadena culpas y destierros.
           ¿Cuál es la mirada que migra
desde una raíz aferrada al viento
hasta los ojos inasibles de esta Edad terminada?
                         Testigos silentes dentro de la expiación
     marcan horas de agonía.
            Carceleros implacables ocupándose de ti
y de tus vocablos escondidos.
Tu condena de agua reza por la sed
                       como por tu hambre el pan.
No consigues ahuyentar de tu frente
la vergüenza que heredaste.
         Tal vez te fortificas
                          con la sangre de otro ser
que sintió y vivió en tu mismo espacio.
Carne con la que también pudo
                            acunarse la ternura.
Caminas, descuidado, por el pasto del rocío
      y por los astros de la tierra.
Tu pie mata una hormiga. Ni lo notas.
El Planeta continúa
                su rotar de eje ciego.
Tal vez lo Primero fue inocencia,
                    pero hoy, en este reino equivocado,

                                            un juez libera al asesino.

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