jueves, 28 de agosto de 2014

Concertino              María Amelia Díaz

Manipulados por el Eterno Tramoyista
los hilos de la lluvia
desenhebran el cielo
y ponen en movimiento la opereta del mundo.

En la noche recién lavada
cuando la lluvia tense sus cuerdas de violonchelo ronco,
de agudos de violín sobre la canaleta del techo,
y ponga tonos de arpa en las hojas del filodendro del macetón del patio
habrá escena repetida:
Fondo de agua vertical que nos arroja su concierto

y rueda pesados golpes de timbal sobre el tejado sin gato.

domingo, 24 de agosto de 2014

por la paz - Irene Marks

Recuérdame
cuando no esté en la casa
del país asombrado
Resuena
tu memoria entre los árboles
que tiemblan ante  el hacha
Asesinan
a quien abre los ojos
al que ríe
No te alejes de mí
en esta madrugada
terminal
Cuando la luz se viste
de juguetes
que caen
como los ojos fijos
de las víctimas
en el foso común.
Desde el cielo
llega la muerte
llega la vida.
 Tu mano ya no es.
Era una flor pequeña
y buscaba
abrir la oscuridad.

Irene Marks (2014)


Miriam Ippólito

Tibia, roja
cayendo de mi muñeca
abierta en flor.
Toda tibia, toda roja
embebida en sueños rotos.
Toda triste, toda loca.
Se derrama en manantiales
huye de mí.
Es un ave
buscando libertad.
Se refugia en lo azul.
De pronto,
desploma a la masa corporal
que lo apresaba.
Ahora libre me voy,
a buscar cielos.
Libre de tiempo, de espacios,
de tristeza.
Libre de tus ojos sin entrega.
Ahora me voy.
Toda libre, toda tibia, toda roja
a  buscar el amor
adonde abunda.
No me busques, no me nombres,
no me llores.
Ahora, al fin,
me voy,
soy toda libre.

(de Poesía y Poetizar, volumen II, ediciones del Último Sábado, 2012,
selección de Daniel Eduardo Serra)


martes, 19 de agosto de 2014

CRISTO MUERTO de Hans Holbein el joven, por Liliana Díaz Mindurry


Había una vez, hubo una vez o no hubo nunca. No debo decir el caos.
Había una vez un lastimado,
se oye su muerte en todas partes,
en todas partes.


No ángeles de la guarda, no estampas, no luces, ningún contorno,
las horas del lastimado son eternas.

No luces.
Se puso toda la muerte en el cuerpo,
toda la muerte,
no ángeles,
las horas del lastimado
del muerto, del clavado a todos los cuerpos
crecen como serpientes. No debo decir el caos.

No luces, no ángeles:
los salmos se le duermen en la frente, debajo de las cejas y en la garganta.

Agitaba la eternidad como si fuera una mezcla.
Gatos negros y azules, palabras como gatos negros y azules se volcaban en
/todos los caminos,
llevaba sus pobres milagros pequeños, el agua tibia de las frases goteando,
liviano como un dedo,
transparente.

No era un hombre.
No era una caja con forma de hombre.

Dulcemente su amor
se comía las cosas, brillaba en la saliva, se encendía en los costados de la boca.

Porque no es cierto que sí y no es cierto que no.
Le sacaron cualquier forma de la alegría
el brillo de la noche le enredó ese cuerpo que no gozaron las mujeres.
La luna como un lobo le mordió el vientre y le dobló la espalda.
Esperaba los clavos como fauces.

Los gatos se incendiaron.

Despacito se le aguaron los ojos.
No habría cielos empapelados de celeste
y crecerían las horas
los perros de las horas.

No habría más adentro ni afuera, ni aquí ni allá, ni latitud ni longitud.
Nadie cura la demencia,
                        ningún paraíso. El deseo no corrige la forma de las cosas.


                                   Dar órdenes no es lograr el resplandor.

Las cosas quieren salirse de sí, poner la mirada en blanco.
Es tan simple no estar.

Las horas del lastimado son eternas. Es eterno el perfume.
Es una negra música,
una ternura
            como una negra música.

En las estrellas se salieron los gatos,
las palabras como gatos
resucitaron.

El deseo no corrige el mundo.

Gloria al deseo.  


(de "El Resplandor final", Ed. Ruinas Circulares, 2011) 

El libro se abre y proyecta, de David Sorbille

A “Resplandor final”
de Liliana Díaz Mindurry (2011)

El libro se abre y proyecta un resplandor en el espejo
y en otros espejos como cuadros que se multiplican por diez
o en miles de cuadros y espejos que se proyectan en poemas
como en deseos furtivos en donde todo es real
pero también precario como una silueta en el viento

Quiero decir que todo parece estar cerca pero se intuye
que hay algo más en el otro lado de las cosas que suceden
o se precipitan como la memoria en las calles
donde las palabras se caen o se incendian y resucitan
convertidas en estrellas fugaces
como el último calor de los cuerpos antes de la muerte

Quiero decir que los pensamientos refugiados en las cavernas
donde el silencio se burla de este mundo que parece inventado
por el ladrido de cualquier hombre en un país de sombras
y carceleros donde todo parece que no sucede
es como una mala copia del infierno
o de un paraíso oscuro y simulado

Quiero decir que a pesar del cruel estigma donde los recuerdos
fueron borrados por la tiranía del miedo y la tortura
subsiste la ilusión final de una puerta que se abre a la vida
como a los miles de espejos y resplandores que se proyectan
en poemas donde se refleja tu pasión y la mía


(de "Un puente de voces", Enigma Editores, 2012)

domingo, 10 de agosto de 2014

Los dioses - Karin Boye


" Los carros de los dioses          
no sacuden las nubes,  
avanzan deslizándose   
callados como rayos de luz.      
Los pasos de los dioses son     
casi inaudibles,    
como el susurro de la hierba    
apenas presentido.         

Cautelosamente, cautelosamente       
sigues los senderos        
que tienen el aroma        
de su proximidad vivificante.    
¡No grites nombres!         
Ellos huyen, te dejan      
llena de palabras 
en un mundo vacío. "


Karin Boye (Sucia, 1900-1941)

Como el tiempo y mudo… Alejandro Drewes

En el fondo de ti
un delgado cristal
hay que se ha roto
sin ruido, como todo
se quiebra al final
de su breve danzar
con los dados del mundo.

Una oscura marea
ha de tornar a esta
misma playa desierta
donde el cuerpo presiente
la ruina y el caos
y las devastaciones
del tiempo: y quedas solo
entonces como Hamlet
con su sombra y anochece,

es muy tarde y anochece.

sábado, 9 de agosto de 2014

ella no sabe

ella no sabe
que la recuerdo
en la casa aquélla
de los árboles
y rosas

que lavé
la bronca infantil
del día
que le pisó la cabeza
a la negra,
cuando le compré
el primer
estetoscopio

por fin alguien
en la familia
quería saber
qué había
dentro de la cabeza
de la muñeca negra

por fin alguien
en la familia
quería curar gente,

en lugar de enfermarla,,,

El iscariote - Leandro Alva






Marosa di Giorgio


(Partida de Claudio Ross)
En este día mueren algunos; caen como cometas; los palillos un poco desparramados, el papel frágil, y hasta alguna yema rota como si hubieran estado incubando. Del cielo, del más altísimo cielo,bajan lloviznas que  no
alcanzan el suelo.
Y así, todo.
Hasta que aquí lejos, Claudio, allá cerca, entre los alhelíes, trina el gallo blanco. Y empiezo a llorar desesperadamente.

Haces desaparecer en un minuto insólito un huevo, un alelí, o paseas en horas extrañas, por las estampas desoladas del sur, la tuya, impar.

Somos legendarios - Susana Cattaneo

Sí, somos legendarios porque hace una larga historia que respiramos frutos, recorremos el bosque claroscuro del invierno y miramos la lejanía en busca de reposo.
Nuestras huellas marcaron las distancias, las unieron con  palabras y poesía. Miramos el rostro del poema y nos prometimos existir para escribirnos.

Amigos que vibran el  mismo aire que respiro: somos legendarios. Marcamos a fuego un destino, nuestros pasos, una porción de tiempo bendecida con belleza.