(Partida de Claudio Ross)
En este día mueren algunos; caen como cometas; los palillos
un poco desparramados, el papel frágil, y hasta alguna yema rota como si
hubieran estado incubando. Del cielo, del más altísimo cielo,bajan lloviznas
que no
alcanzan el suelo.
Y así, todo.
Hasta que aquí lejos, Claudio, allá cerca, entre los
alhelíes, trina el gallo blanco. Y empiezo a llorar desesperadamente.
Haces desaparecer en un minuto insólito un huevo, un alelí,
o paseas en horas extrañas, por las estampas desoladas del sur, la tuya, impar.
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