miércoles, 30 de abril de 2014

Poemas egipcios – Isabel Krisch

1

ha de impartir presencia el faraón
aún en su recinto silencioso
mientras gira se despereza
escarba el aire
y la pirámide cruje

siempre inmortal
en proceso
palabra y voz
la memoria en proceso
y una intriga ahogada
entre las pardas nubes
de arena

altivo se levanta
y busca los órganos
en cada vasija de barro
para recuperar/recuperarse

fue visible ante el dios de los muertos
aquel que le hubo pesado el corazón
mientras es ahora él quien juzga
porque nada se olvida
ni aún envuelto entre pliegues
de una pesadilla densa
y oscura

andará rondando por resquicios
inescrutables
munido de un silencio oprobioso
hasta vindicar el ultraje
y será invisible a los ojos de los vivos
porque ellos lo prefieren eterno
descansando
en su trampa de piedra



…………………………………………………………



2

sin embargo
es una figura
una presencia oculta en el sarcófago todavía
con los surcos de su rostro
profundizados
y sobre el esqueleto
el lino del lienzo
pegado adherido
grabado casi en la reseca piel
porque es tanto el tiempo que ha pasado
tanto el letargo
el silencio tanto
que enhiesta aún se halla
la cobra en la corona
y se agita y brilla
y provoca
el estallido de la luz
en su mirada

sus pies de oro pisan los nueve arcos
la mano sujeta el cetro
y el poder de Amón ya no descansa
en la diorita negra


…………………………………………………….


3

silencioso y taciturno inicia
el paseo del alma por las constelaciones de alabastro
portando el destino no cumplido antes
el destino escrito
en láminas de papiro maduro

los dioses le hicieron perpetua la espera
disfrazados de insomnio
custodiándolo en desvelo
en vigilia guardando sus rastros

deambula entonces el alma
en ese país donde se juntan los prodigios
donde hay millones de regresos
en ese  espacio sutil
en esa grieta imperceptible
en la zona donde sólo los milagros 
en ese rinconcito 
resquicio posible donde
tal vez un nacimiento ético

la historia le comienza a devolver
su albergue su geometría
y la posibilidad del encuentro

hay otras momias que zumban
murmuran rescatan en jirones sus pieles
que han tapizado por miles de años
el desierto
son las voces de ciegas criaturas
que migran a tientas
sus almas peregrinas en busca
de una respuesta



Néstor Cheb Térraba



a partir de cuando
el pájaro comió las alas
cortadas en la noche
y corrió hacia su nido
ocupado
por pensamientos minimalistas
para enjaular la sombra
que marte dibuja
en la tierra

hombres miniatura
salen de la boya
oxidada por esconderse
para restaurar

donde un abandonado lugar
da señales
perdió una pluma a manos
de un intencionado viento
en el blanco emitía sonidos suaves
la tristeza de un hombre
sin respuestas
al ceder la sombra
la usó para escribir
cada palabra
corrió cual flecha
al sonido que había
soñado
de noche extrañaba
el aleteo previo

boyas miniatura
como cristales
se mecen

…………………………………………………………

la mujer calva camina
distraída
parece retroceder
hacia su rostro
toma el violín desnuda
la sonrisa esconde
interludios
de un sacro blando
vulnerable
es eso que se oculta
del ridículo
en la lágrima
flores de cerezo
a la entrada del volcán
lava mercúrica en esferas
(quedarse es aprender
lo tácito)

en lo más pequeño
refugia lo que crecerá

su belleza derrama
un gesto en la penuria
dos beduinas vestidas de negro
collares y pulseras
colores y movimientos suaves
en las manos
en cuclillas una mujer dando a luz
frente a un espejo sostenido por niños
en caos crepuscular

tiene ojos animée
su respiración psíquica gotea
se recuesta en la orilla
al vaivén de los líquidos
(cuando encuentre su boya
amará el ámbar)

el secreto son las víboras
su atracción desmesurada
la parálisis a pesar
de los cristales
la transformación otorga
protagónisis
a las apariencias
escucha con su nariz los minerales
un escorpión camina por sus senos
en el descanso de la marea
sonríe mientras duerme
para verse a través

el violín mojado atesora
huellas
perlas que brillan
al acercarse al entierro
de las miradas
al alcance de su mano
la matriz
de la seducción
una parte del cuerpo
en el agua
las piernas palpitan
la tortuga descabezada arriba
mientras desaparece

la huella en la nieve
surgida de  la nada
lleva medias negras
los felinos oscurecen
la lluvia
entre objetos oxidados
emerge luz de su boca
líquido amniótico
su ojo quieto les habla en japonés
el nombre posee los secretos
de la contemplación
persistentes al odio
al sexo a la muerte tal vez
no quiere que la vean
tan pura
o no
quiere
serlo (6)

(6) poema titulado “de nombre sonomama”; en sánscrito, “tathata” o “kono mama” en japonés: uno no hace nada, no piensa nada, simplemente “es”. Uno simplemente “es”.


……………………………………………………………………

te llamaría barcelona
te pintaría de tormenta
si encontrara tus ojos invertidos
imantados de púrpura dolor
pediría clemencia
asustado por la brevedad
de tu nombre
barcelona daría tiempo
a los sentidos
con luz de luna
en noche de penumbra
te imaginaría en el desierto
de espaldas
montando el caballo color monje
huyendo entre las dunas
del presente
te llamaría
si me sale la voz
por tu nombre

de Sonomana





domingo, 27 de abril de 2014

Susana Cattaneo

Escribo el invierno
           mientras la que vigila
    atrapa noches y serpientes.
Protegida de mí
       dessiembro palabras
 `por escondrijos y ciénagas.
Entre puertas de lata
             y sueños de adoquines
un ladrido perrea
       sobre calles extenuadas.
En un octubre de mármol
                             y eternidad
se incendió mi morada
                       con fuegos de artificio.
La espera nació así
                     con luces,
                          colores, aventuras.
Apuñala el invierno,
                        todavía.
            Escribo en sus hojas.
                 en su vientre vacío de soles.
Un ladrido perrea y perrea.
                               Incansable,
                                         el camino se marca.


 Escribo el invierno.

Edna Pozzi


Maduro un oficio tan íntimo
que sólo es posible transmitirlo
con la boca en el pecho del otro.

Un oficio tan delgado
que se le oye crujir por las noches.
Crece la hierba sobre nosotros
los muertos
y avanzan los pájaros grandes lagunas
de tristeza.

Maduro un oficio tan final
que sólo es posible para los dioses
y las piedras.
En esta tremenda dignidad

no hay colaboración posible con la vida.

visiones del valle del silencio - Irene Marks

Escribo una carta donde comienza el sur.
Ya no regresaré. Es medianoche.
Por eso anoto aquí las primeras señales del camino.
Había un pino y un álamo y una senda muy blanca contra el verde.
Después llegó el rostro marrón y enjoyado del toro.
Había burbujas en su curtida superficie brillosa
y un anillo
para pasar al otro lado.
Ah no tengas miedo ahora que ya no se regresa.
Estalla el rosado violento contra azul de meteoros,
 y   pájaros geométricos sobre muy blancos árboles
 y  arcos de luna extendidos en horizontes índigo..
Violento es el azul como una llamarada que asoma
 tras los troncos que crepitan
Este es otro Universo donde los pájaros cambian nuevamente de
 formas,
ahora son blancos con las alas moteadas de las mariposas,
y sus cuerpos rosa furioso.
Extínguete en la luz:
Cuando cierras los ojos ya no hay sombra
sino haces amarillos
que se tornan difusos.
Y el  Sol ha entrado en ti hasta el último sueño.
No hay regreso
después de atravesar el Mar de Pasto.


de Origen, 2009, Buenos Aires, ediciones Patagonia

la muchacha del colectivo - José Martinez Bargiela


El cabello suelto,
vivo,
tensa la sensibilidad.
Por algún motivo de mujer
trastorna la piel
y los sentidos.
Inicia el lenguaje telepático
a través del hilo sensor
de la anécdota,
el recorrido al corazón,
al habla activa:
acelera los latidos,
el acertijo,
y un llamado al encuentro,

es el cosmos mágico
de una cuerda de reloj,
la conexión invisible,
la relación entre dos seres
al silencio concertado
de una inédita partitura.

de Nudos de sombra, 2006, Buenos Aires, ediciones La Luna que

sábado, 26 de abril de 2014

estigma - alicia b. pastore

 a Graciela Wencelblat                                                                                                         

Te veo ahí
surcando la piel de mi palabra,

alcanzándome una linea sutil
desde tu indicio
hasta el poema que me habita,

sombra que del revés
me exige
los aullidos de la loba,

vientre parturiento tu rescoldo,
me crece la estirpe

donde cotidiana me convocas.

Graciela Wencelblat


Campanas ahuecando lluvia.
Brillan dátiles
en el pubis arrogante.

Desde el desierto hasta el tajo de Lisboa
una mujer descubre que la búsqueda es una.

En el ojal del tiempo
la ternura

su corazón.

último poema publicado por Graciela el 05 de diciembre de 2013

padre en la escalera - Roxana Palacios


en otoño trepaba su escalera de pintor con una tijera de podar sobre la espalda,
los cuadros de la camisa rozaban el metal y la madera, se movían en círculos mientras mi padre,
como un gato, cubría uno a uno los escalones oblicuos, sables como tallos los hierros que terminaban en cuña
al llegar arriba enderezaba la tijera y empezaba a cortar, para tener mejor sombra en el verano, decía
las hiedras no son verdes durante el otoño, no hay orugas ni flores en los canteros, no obstante mi padre amontonaba gran cantidad de hojas que dejaba secar en el fondo del jardín
lo que venía después era un ritual, me gustaba el olor a humo de la ceremonia
anoche, alguien cortó una enredadera y la dejó junto a una columna de piedra
en la casa nueva
la casa nueva será más pequeña que la anterior, ni orugas ni flores en otoño,
hojas para la ceremonia en el fondo del jardín


(casa que ves caminar / the house you see walking, Ed. Del Dock, 2008)

Entre la noche y el sonido de las cosas - David Antonio Sorbille

                                                                                  A “La verdad se mueve”de Javier Adúriz (2008)

Entre la noche y el sonido de las cosas
las palabras se reúnen
bajo el techo de una bruma imaginaria
que nos arroja un anzuelo para discutir
el absurdo de los egos indolentes
el mar de la esperanza
el pulso de las horas
los pedazos de la patria
los últimos jazmines de la casa ausente
la balada del amor detrás de los árboles
el abismo de la materia
el pan de la mañana
la sorpresa
de un grito más tierno
para llenar el vacío
esa forma de heredar los simples gestos
agradecer al tiempo una amistad que crece
y un poeta que encarna a todos los poetas
porque de alguna manera somos
una verdad que se mueve



(Un puente de voces, Enigma Editores, 2012)

viernes, 25 de abril de 2014

Emma de Cartosio


Iba sola y se servía un steak con papas fritas
una fruta quizás pan, y se sentaba junto a la pared
o la vidriera porque iba temprano o muy tarde.
Una mañana llegó con la multitud; su bandeja
tropezaba con gestos actitudes movimientos
y tal vez para huir de sí misma se sirvió nada
sentándose a contemplar sus árboles de Cluny.
Un camarero y la señorita de los tickets
la echaron entre las risas contenidas
de la gente que come comida sin árboles
que bebe sin otoño, que ama sin amor.

Hicieron bien.

Emma de Cartosio (Entre Ríos 1928-Bs As.2013)


jueves, 24 de abril de 2014

Omar Argañaraz

I

Es cierto que hay un tiempo
cuando todo es pasado.

Pero te vi.
Tu eternidad temprana
abolió mis certezas y mis horas.


II

Oyendo tu palabra,
no puedo sino amarla, desear la fuente.

Junto con mis razones
se acrecienta la red de tu silencio.
Y mis voces se van.
Y yo me quedo.

III

No tu mentira de ángel de la sombra:
demonio luminoso,
tu verdad me arrastra

y tu flor en las órbitas del vino,
fuego.


IV

Después de tu partida,
comenzó a ser el tiempo.

Y en la ausencia que insiste
reconozco tu ausencia.


V

He olvidado tus ojos
y son tus muslos hierba del olvido:

solo a Vos te recuerdo.


Omar  Argañaraz (La Plata)

Virginia Segret Mouro

Tocáme un tango, Taio.
Un tango desconocido.
Una provocación inquietante.

Todo acorde tuyo desgarra
las amapolas desdeñosas de la intemperie.

Tocáme un tango, Taio.
Un tango imposible.
Un tango de sudestada en el río.
Una inundación incesante
que encrespe el límite vacilante
entre la piel de la noche
y el tuétano sangrante de los vinos.

Traéme acá tu bandoneón temblón,
que nos va de trinchera
la noche y sus lagartos y vigías.

Llenáme de aluvión de tango, Taio.
Tu música,
en el embrujo de esta noche
descampadamente azul,
tatuada con sus propias estrellas.

Para esa mirada que deshila
la penumbra insolente,
tango.
Para tanta extrañeza poseída
por el privilegio del secreto,
tango.
Para esta trashumante
acodada al filo del iris de su gato,
el temblor de ese beso.

El temblor de tu fueye adolescente, Taio.

Virginia Segret Mouro


Del libro, Con bandoneón, Ediciones Tenía Razón el Malón, 2008

lunes, 21 de abril de 2014

Susana Cattaneo

Fue como entrar a los cristales, a los rubíes, a la transparencia de una ciudad sumergida. Sus ojos encendían el invierno y las migraciones del pasado.
Iluminados secretos de laberintos eran carruseles  de infancia y alegría.
   La sombra se fue diluyendo cada vez más . La sonrisa se expresó con perfumes de hierbas. Su paso se hizo más seguro y los colores prendieron raíces en el Descontento para que no vuelva.

   Y fue el Paraíso. Y fue el Movimiento. Y la Felicidad fue.

domingo, 20 de abril de 2014

son las cuatro y la noche - Carlos Carioli

                            

son las cuatro y la noche, y la luna al mediodía, y el ruido de los autos, y son las nubes las que dicen, y los perros en el árbol, y los ciegos en la esquina, son las cinco y la tarde, y la calle caminada, y tu cara borrosa, y son los pasos los que callan, y las hojas en el árbol, y los ciegos en la esquina, son las palabras y el viento, tus párpados y mi sombra, los que a las cuatro al mediodía nuban el ruido de los autos que dicen perros, en la esquina del árbol de los ciegos, y a la tarde de las cinco, caminada tu cara borrosa de la calle, callan en el árbol las hojas de tus pasos, y las palabras en lo ciego de la esquina de tu boca, y el viento de tus ojos en los labios de la sombra nuban las cuatro al mediodía y el ruido de los perros y el silencio de los autos, y en la esquina de los árboles de la tarde a las cinco de los ciegos borran tu cara caminada de la calle y pasan en el árbol las hojas de tus palabras.

Carlos Carioli de “Heridas y vueltas” (textosintrusos, 2013)

la muerte y la niña - Eugenio Polisky

la muerte y la niña
                                                                                                                    a Alejandra Pizarnik

dentro de la niña
la muñeca juega
                                 con la luna
                                 con la palabra muerte


falta la noche
la noche de la niña
una luna que juega a la muerte de la noche

la muerte es sólo una palabra
como niña
como luna
como la palabra palabra

                                                        o lenguaje

                                                                                            o locura

y si una niña juega con el lenguaje
no es locura
ni es niña
sino muñeca
una muñeca con cara de luna que juega a la muerte de la niña

o de la palabra


de todas las palabras del palacio
el palacio de la luna donde no hay palabras


                     sólo muerte




                                                                                la muerte de la palabra




                     de la palabra muerte


eugenio polisky de “silencio en la nada luz” (textosintrusos, 2013)

cascanueces - Susana Cattaneo

Zapatillas de baile
            detrás del cortinado.
Zapatillas rosas.
       Cuerpos invisibles.
Los cisnes arrasan
                 la memoria del músico.
Piotr Ilich inhala
         un poco de frappè
Los flashes se encienden.
           un coro de vida

                    alumbra el espectáculo

viernes, 18 de abril de 2014

Nocturno con trenes – María Amelia Diaz

Y casi al alba escribo sobre trenes
cuando su ruido muerde las horas vacías de mi insomnio,
cuando el paisaje es un cónclave de sombras duerme tapando con
                                                                  /sábanas de escarcha.
Escribo desvelada, escuchando ese silbato clavado como un cuchillo
                                                              /en la ciudad de cemento.
El ruido del tren me rueda por los rieles del cuerpo,
me lleva hacia la perversa lucidez de la vigilia
en la casi alba que arde porque hay gatos que distraen a la luna con
                                                                                       /su sexo.
El ruido del tren me espanta las palomas del sueño,
me convierte en sombra tendida entre las otras sombras de la alcoba,
rebelada contra las jaulas de la noche,
esas jaulas donde la noche encierra sin barrotes los sueños
mientras el ruido del tren se aleja hacia otros ruidos

y me deja acostada en los desiertos del silencio.

Susana Cattaneo

Bailarín extraño      
             ilumina el sótano
   con su gracia bañada de quinqué.
Sombras indecisas
             recorren grietas y paredes
mientras saltan los cercos del destino.
         El tiempo gotea
                              sobre la danza de colores
y desde un rincón cercano,
            Ella –la que viste de noche-,
     espera paciente
            que el reloj detenga el juego.

la escritura de mi madre - alicia b. pastore

no sé si escribía
en una fuente
de promesas
al costado
de su asombro

o si un mago
había soplado
sus palabras
hasta el sueño
de mis días

no sé,

pero la leo
en el iris
de sus ojos

abandonó mi vientre
por codicia,
dice

arrastró mi
líquido amniótico
por un mundo hambriento
que acechaba
a unos pasos,

se fue en él,

también unos lobos
mecieron su útero,
y aullidos mediante
le parieron hijos,

no sé,
pero la leo circular,

tendiendo la alfombra
que amortigüe

mi caída,,,

Confieso - María Casiraghi

Nunca es tarde
            es una frase absurda.

Hoy
por ejemplo
los vasos envejecen
y yo mujer frágil
            gelatinosa
me esfumo
en el lodazal del resto;
triunfa la polvareda
que ejercen los actos prójimos,

Un humo lame y consume
mi vieja transparencia.

Cuando es tarde
los gritos se oyen de terraza en terraza
y los niños del jardín envían cartas
a los dioses que han venido de lejos.

A veces
se vuelve
demasiado tarde
cuando no has dicho
no has visto
no has cantado

frente al público en el día de tu muerte.

de Loba de mar, Alción Editora, 2013 

jueves, 17 de abril de 2014

Para Elisa Dejistani - Irene Marks

Ella conoce el canto de la sombra
el viento medular de los abismos
hielo que muta en fuego
estalactitas
lava del universo
Ella conoce
cincela las palabras
Y danzan los colores
de intensidad radiante
En el magnetismo de la luz
ella talla las sílabas
sin tiempo
convoca al corazón unánime
que iguala toda vida
Ella escribe el milagro
y sabe
que el surco de sus lágrimas
va marcando el camino
donde la flor se esparce

para todos.

Simón Kargieman

I
Cuando el olvido se apoya en el último pel-
daño de su descenso; aguarda, sonriente y
atenta, la muerte.
2
Rostro de transparentes desiertos. En la dis-
tancia infinita el caos original observa, inmu-
table.
3
Más allá del instante, oscurece. Todo es deso-
lación, más allá del instante.   Hasta que la
vida vuelva a ser como antes, cuando el ins-
tante existía.
4
Los pájaros abismales del tiempo caen exhaustos
sobre la tierra. Uno tras otro, hasta ser una sola
muerte, agonizan.      El silencio abismal de la
nada desciende lentamente sobre el escenario.
5
Cuando todo ha terminado de suceder, algo
está por suceder, algo comienza a suceder.
6
La palabra entre en el espacio exacto del ol-
vido. Se acomoda y muere.
7
Cierro los ojos y veo el rumor que se alza des-
de los profundos abismos: son los restos mi-
lenarios de la perdida inocencia.

de su libro un instante el infinito 
traducción Irene Marks 

I
When oblivion stands on the last rung of its
descent, it awaits, smiling and attentive, the
arrival of death.
2
Face of transparent deserts. In the infinite
distance original chaos watches, immutable.
3
Beyond the instant, it grows dark. All is desolation,
beyond the instant. Until  life  again becomes as
before, when the instant existed.
4
The birds of time fall exhausted on the earth.
One after the other, until they are only one
death, they expire. The abyssal silence of
nothingness slowly descends on the stage.


5
When everything has finished happening, something is
about to happen, something starts to happen.

6
The word enters  the exact space of oblivion.It
settles   and dies.

7
I close my eyes and  see the rumour coming from
the deep abysses:  the milenary remains

of lost innocence


from his book one instant the infinite
  (translation by Irene Marks)


en brazos de la calle - Gabriela delgado

¿Dónde anida la palma de su lucero?
¿Dónde guarda su hambre y su frío,
su niñez atropellada?
¿Cómo es el mundo en colores
que imagina cada madrugada?
¿Qué se hizo de aquel globo
que alguna vez halló en la calle?
Duerme la inocencia en brazos del asfalto.
Ensueño de arroyo y velero,
caballito de escoba,
duendes, piratas.
¿Quién se llevó su disfraz de infancia,
su carnaval de encanto y de sonrisa?
¿Por qué no hay más retrato
que la sombra de sus huesos
y ese charquito, donde cada aurora
se lava las manos?
Va el niño de adoquín
revolviendo la basura.
No busca comida.
No busca juguetes.
Apuesta a encontrar la estrella
que en alguna parte perdió su madre.

Gabriela Delgado

Del libro “Borra de café”

el camino - Rafael Vazquez


Cada vez más advierto
esta precariedad de las palabras,
la inapropiada facilidad perdida
y ese difícil escoger la voz
para decir lo imaginado.
El silencio no impide
los viajes interiores
pero tampoco modifica
la soledad, que antes cuidaba
y ahora acecha impiadosa interrogándome.
¿Quién gobierna los cambios,
aprendiz de pesares y de satisfacciones
cada vez más escasas?
Sin embargo uno sigue, guiándose por señales
que los otros no ven,
y acaso es el camino, ese obligado tiempo
de dirección dudosa, de intenciones absurdas,
de abandonada culpa
lo que ocupa la vida.


Rafael Vázquez

lunes, 14 de abril de 2014

cercana tiniebla - Alejandro Drewes

Digo: el poema
esta aquí, en otra parte

en su esencial  desnudez
como el pudor
de antiguas damas
al filo de la oscuridad

como el anillo
secreto de Circe
una leve hoja parda
que arrastra el viento
hasta el Este del cielo

Digo: el poema
es el rayo en un bosque:
de pronto acontece
y te deja  solo contigo
como una plegaria
en la lengua ancestral
y calla y tú piensas
que el mundo sigue girando
y arriba la polvorosa luz
espectral de las mismas estrellas

He dicho: el poema
en su homenaje mayor
a los ciclos de la luna
milenaria en su viaje
sobre el puerto de Tánger

a este presente gris

åbent digt til Vorherre - Ivan Malinowski

Fader vor
Du som er i himlen
Her har du anrettet mer end nok
Jeg bebrejder dig ikke
Korstogene inkvisitionen
Koncentrationslejrene
Eller de helliges terror i Brande
Du har mig bekendt ikke direkte
Gjort dig til talsmand for
Impotens frigiditet
Eller offentlig anbefalet
"True Horrors" eller "Det Bedste"
Jeg tror ikke du ville kendes ved
Dine motoriserede feltkirker
Eller de rullende gaskamre
Men jeg anklager dig
Som den egentlige årsag
Til al denne elendighed
Jeg anklager dig for
Stupid som en guillotine
Som en kæmpemæssig slagtekniv
At have flækket en samdrægtig verden
Sat godt op mod ondt og ondt mod godt
Skilt hovedet fra kroppen
Uddraget lyset fra mørket
Som en gnier der vasker guld
Forvist natten af skræk
Og umuliggjort en fredelig sameksistens
Jeg anklager dig for således
Som af skræk
At have knæsat kampens princip
I staten og sengen
I krig og fred
Du har brudt alle broer
Du har sat fjendeskab i verden
Du har ikke skabt jorden
Du har ødelagt den
Jeg anklager dig for denne
Den frygteligste af dine antagelser
Denne ubarmhjertige skilsmisse
Dette dybe blødende snitsår i universet
Ja fader vor
Du som er i himlen
Bliv deroppe
Så bliver vi her
Og prøver at begynde forfra

Ivan Malinowski  (Dinamarca, 1926-1989)

poema abierto a Dios Nuestro Señor 

Padre nuestro
que estás en los cielos
aquí ya has hecho más que suficiente
Yo no te acuso
por las Cruzadas, la Inquisición
los campos de concentración
o el terror de los justos en Brande
Que yo sepa  nunca
te has hecho cargo
de impotencia, frigidez
ni de promocionar
"True Horrors" o "Reader’s Digest"
No creo que  quieras reconocer
ahora tus Iglesias motorizadas
ni las rodantes cámaras de gas
Pero yo te acuso
de  ser  la real causa
de  toda esa miseria
Yo te acuso a ti, estúpido
de partir como una guillotina
un mundo que fue unánime
y enfrentado bien contra mal y mal contra bien
separado la cabeza del cuerpo
y la luz de la oscuridad
como un avaro que lava su oro
de haber exiliado la noche del miedo
y truncado una existencia en paz
Yo te acuso por tanto
como con miedo
de haber consagrado el principio de la lucha
en el Estado, en la cama
en la guerra y en la paz
Tú has roto todos los puentes
Tú  has instalado el odio en la tierra
Tú no has creado la tierra
la has devastado
Yo te acuso por eso
de la más espantosa de tus conjeturas
la división más inhumana
en la honda herida sangrante del Universo
Si, Padre Nuestro
que estás en los cielos
quédate allá arriba
Nosotros  nos quedamos aquí
y trataremos de empezar de nuevo


Trad.: Alejandro Drewes

domingo, 13 de abril de 2014

Yo conozco a un tal Estrella - David Sorbille

A “Menú Ejecutivo”
de Jorge Estrella (2009)

¿Pero será el que se proclamó Hijo de Zeus
y admirador de la obra de Pericles y sus planes quinquenales
o ese otro conocedor del libro que Sócrates
no se atrevió a publicar
o el que acompañó al Dante en su viaje del infierno al paraíso
con escala en el purgatorio
o el que festejó con Whitman la esperanza del nuevo mundo
o el audaz vocero de los futuristas seguidores de Maiacovski?

¿Será posible que sea el mismo?

Yo conozco a un tal Estrella que escribe versos
con la barba de Tolstoi / la ironía de Girondo
el duende de Tuñón / la erudición de Joyce
el desenfado de Olivari
la nostalgia y la alegría de un ser austero
que cultiva lealtades en las reuniones
de poetas y amigos
y tiende sus manos con una sonrisa legendaria



(Un puente de voces, Enigma Editores, 2012)

15 - ME=MB


gracias a la vida
que me ha dado poco
estoy escribiendo este poema conjuntamente con
mis partes
revisando cuentas y faltas
deudas asignaturas pendientes
capturando en un verso
lo que no me ha sido dado
lo que no fui capaz de conseguir por mis propios medios
lo que soñé entre cuatro paredes y no cristalicé jamás
lo que dejé para más tarde y resultó ser nunca
gracias a la vida
gracias de veras
no me quejo
lo poco que me ha dado ha sido vasto
sólo hay que tener un poco de gratitud
y creerlo
sólo basta con creerlo y decir

"por ahora respiro"
y despuès reir
reir como un bufòn

y preguntar para qué tanto

(de: Poemas de Máximo Estrella y otros esperpentos,
de Jorge Luis Estrella y Máximo Ballester, Ed. Ruinas Circulares, 2013)